El transporte público en las grandes ciudades; una alternativa para el cuidado del ambiente 

Cuando se habla de transporte público, la mayoría de veces se presentan imágenes relacionadas a lugares descuidados, sucios y con mal olor. También se asocia a grandes grupos de personas que intentan subir a camiones, microbuses, combis, metros, entre otros; no obstante, aunque de alguna forma esto es cierto, es importante resaltar un punto a su favor, pues permite el traslado de una gran cantidad de gente, lo que disminuye el consumo de combustibles fósiles en contraste a quienes hacen uso de un auto propio.

El transporte público no es cómodo, la gente no aspira a usarlo

El licenciado, Cesar Hernández, también conocido como Cordura artificial, dijo que en lugares como México, normalmente a las personas les desagrada la idea de moverse en transporte público, pues no solo es incómodo, sino que se ha posicionado como uno de los espacios más inseguros de la nación.

Valdría la pena invertir en la mejora de tal transporte. De esta forma, aunque su uso se diera por necesidad, no generaría tanta incertidumbre. Al mismo tiempo, la gente que aspira a tener un carro propio le daría prioridad a otras necesidades individuales y colectivas.

En otras palabras, el rechazo al transporte público disminuiría, así como el uso de automotores, donde solo viaja una o pocas personas. Mario Silva, educador ecologista, comentó en TEDxZapopan, que los vehículos, ya sean particulares o colectivos, requieren de oxígeno para la combustión.

Lo preocupante es que el oxígeno que 200 árboles generan en 24 horas, un auto lo quema en una hora. Como si fuera poco, durante el 2013, tan solo en el municipio de Guadalajara, se encontraron aproximadamente 600 mil árboles, mientras que en ese mismo espacio había 712 mil carros, lo que despertó una señal de alerta.